Desarrollar una actitud espiritual y elevada requiere comprender y practicar una virtud a menudo incomprendida, pero esencial en nuestro desarrollo interno: el desapego.
Una práctica muy beneficiosa es la de posicionarnos como un observador desapegado. La actitud y el estado interno de un observador desapegado nos liberan de absorber las influencias de cada palabra, sentimiento y actitud, evitan que nos impliquemos en exceso en lo que está sucediendo y nos permiten transformar nuestras tendencias reactivas. Observar nos proporciona paciencia y claridad para pensar y actuar con precisión. Observar crea un foco interno que nos permite ver la realidad con mucha más objetividad.
Fortalecemos el desapego cuando comprendemos y practicamos la conciencia de ser un depositario. Tenemos una relación con todo lo que nos rodea. Obviamente, la relación que tenemos con las personas y objetos de nuestro entorno inmediato es más íntima que con el resto del mundo. Con frecuencia, la relación se vuelve en mayor o menor grado posesiva. En nuestras mentes pensamos que poseemos cosas como coches y casas, trabajos y proyectos, posiciones, y quizás incluso otras personas.
Lo que olvidamos es que no podemos poseer nada. Podemos cuidar, podemos usar, podemos disponer. Pero no podemos poseer. Como reza el dicho: cuando te vayas, no puedes llevártelo contigo. Y sin embargo, es la idea de posesión la que yace en la raíz de todos los miedos y conflictos. El miedo a la pérdida, el miedo a no poder conseguir lo que ya hemos decidido que es nuestro en nuestras mentes.
Por tanto, ¿qué relación mejor podemos elegir que se lleve todos nuestros miedos? La de ser un depositario. En el río de la vida, todo nos llega en confianza, para que lo usemos con sabiduría y después lo soltemos. La conciencia del depositario nos libera de la tensión de codiciar y almacenar. Vernos como depositarios de todo lo que recibimos, incluso de nuestro cuerpo, fortalece nuestra capacidad innata de cuidar de todo y de todos con amor y dignidad. Es un sentimiento mucho más relajante para relacionarnos con todo aquello (personas y recursos materiales) que tenemos el privilegio de recibir en la vida.
Finalmente, es con desapego y con la conciencia de un depositario, que podemos experimentar el AMOR PURO. Del mismo modo que la rosa está desapegada de las espinas que posee y sigue esparciendo su fragancia, un alma desapegada desarrolla la capacidad de no influenciarse por las personas o circunstancias que la rodean. Su conciencia va más allá de las cosas limitadas y permanece en conexión con lo ilimitado.
(fuente: http://www.bkwsu.org/)
El desapego significa mantener una postura objetiva ante cualquier situación, persona o material. Es decir, con desapego podremos tomar decisiones de forma consciente sin influencias externas, asumiendo nuestra responsabilidad y por tanto nuestra libertad.
Os voy a explicar una experiencia personal. Ayer con mi madre tuve una conversación sobre este tema y ella entiende que las circunstancias y los bienes materiales y las personas que queremos son los que nos dictan el camino a seguir. Sin embargo, no nos limita nadie más y nada más que nosotros mismos. Muchas personas aun siguen pensando de esta forma, como mi madre, y eso les hace presos de las circunstancias y de lo que les rodea.
Sí, es tan sencillo como asumir que cada decisión, cada camino que tomamos en la vida lo hacemos por nosotros mismos, así SERIAMOS LIBRES. Sin embargo es más fácil refugiarnos tras la frase: "no tenía otra opción".
El desapego es LIBERTAD. Nadie es nuestro y no somos de nadie. Si dejamos en manos de otros nuestra felicidad estamos levantando un muro de limitaciones que nos impidirá alcanzar la libertad. Del mismo modo nos ocurre con los objetos.
Recuerda esto: Lo que olvidamos es que no podemos poseer nada. Podemos cuidar, podemos usar, podemos disponer. Pero no podemos poseer. "Cuando te vayas, no puedes llevártelo contigo". El miedo a la pérdida, el miedo a no poder conseguir lo que ya hemos decidido que es nuestro en nuestras mentes. En el río de la vida, todo nos llega en confianza, para que lo usemos con sabiduría y después lo soltemos. La conciencia del depositario nos libera de la tensión de codiciar y almacenar.
En este humilde blog, que cuido y uso como plataforma, comparto experiencia con quiénes quieran asumir su responsabilidad de cambio y quieran lograr la LIBERTAD, pero por supuesto asumo que no es fácil. Sin embargo al márgen de las pocas respuestas y colaboración que obtengo por vuestra parte, sigo adelante.
No sois los responsables de mi decisión, no me obligáis a seguir o a desistir, sino que YO soy quién elige continuar en la brecha.
Recuerda esto: Lo que olvidamos es que no podemos poseer nada. Podemos cuidar, podemos usar, podemos disponer. Pero no podemos poseer. "Cuando te vayas, no puedes llevártelo contigo". El miedo a la pérdida, el miedo a no poder conseguir lo que ya hemos decidido que es nuestro en nuestras mentes. En el río de la vida, todo nos llega en confianza, para que lo usemos con sabiduría y después lo soltemos. La conciencia del depositario nos libera de la tensión de codiciar y almacenar.
En este humilde blog, que cuido y uso como plataforma, comparto experiencia con quiénes quieran asumir su responsabilidad de cambio y quieran lograr la LIBERTAD, pero por supuesto asumo que no es fácil. Sin embargo al márgen de las pocas respuestas y colaboración que obtengo por vuestra parte, sigo adelante.
No sois los responsables de mi decisión, no me obligáis a seguir o a desistir, sino que YO soy quién elige continuar en la brecha.
Del mismo modo, sé que mi pareja no me pertenece, que la casa en la que vivo es un techo que me resguarda ahora y el dinero es necesario para vivir. YO decido ser un depositario.
¿Por qué creéis que existen personas que desde pequeños han sido maltratados, abandonados y que no han tenido muchas oportunidades en la vida han logrado éxito y felicidad y otras no? ¿Por las circunstancias, por los demás, o por ellos mismos y sus decisiones? ¿Creéis que los que logran lo que se proponen tienen conciencia de depositarios?
Un abrazo AMIGOS,
Os deseo un feliz día!
Rocío Martín
¿Y qué es el apego?
ResponderEliminarEs un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.
El apego se basa en el miedo y en la inseguridad, y la necesidad de seguridad se basa en la falta de conocimiento de nuestro Yo verdadero.
Si no se consigue el objeto del apego, origina infelicidad; y si se lo consigue solo produce un instante de placer seguido de la preocupación y el temor a perderlo.
porque las falsas creencias y la manera deformada de ver las cosas nos llenan de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades ... Si se logra ver a través de esa maraña, comprobaríamos que somos feliz y no lo sabemos.
El mundo está lleno de sufrimientos; la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del sufrimiento es la eliminación del apego.
La mente está programada para demostrarte constantemente (si no es por una cosa, es por otra) que no puedes ser feliz. ¡Todo esto es falso!
La búsqueda de la seguridad es una ilusión. La solución a esta necesidad humana se encuentra en la sabiduría de la inseguridad o de la incertidumbre.
La búsqueda de la seguridad y de la certidumbre no es más que un apego a lo conocido y lo conocido no es más que la cárcel del condicionamiento pasado. La incertidumbre, por su parte, es el terreno fértil de la creatividad y la libertad puras, supone adentrarse en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia. Lo desconocido es el campo de todas las posibilidades, siempre frescas, siempre nuevas, siempre abiertas a la creación de nuevas manifestaciones. Sin incertidumbre y sin lo desconocido, la vida no sería más que la repetición trillada de recuerdos gastados. Nos volvemos víctimas del pasado, y nuestro verdugo de hoy es el yo que nos queda en el ayer.
La fuente de la riqueza, de la abundancia, o de cualquier otra cosa en el mundo físico es el Yo. Todo lo demás son símbolos (automóviles, casas, billetes) transitorios que van y que vienen. Perseguir los símbolos es como conformarse con un plano en lugar del terreno verdadero. Así se genera angustia; acabamos sintiéndonos huecos y vacíos, porque cambiamos nuestro Yo por los símbolos de nuestro Yo.
El apego procede de la conciencia de pobreza, pues el apego siempre se dirige a los símbolos. El desapego es equivalente a la conciencia de riqueza, pues con el desapego existe la libertad para crear. Sólo con la participación desapegada podemos tener alegría y buen humor. De esta forma, los símbolos de la verdadera riqueza se crean espontáneamente y sin esfuerzo.
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener cualquier cosa que deseamos, en el momento en que la deseamos.
Buenas Andrea,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación, me parece super interesante tu punto de vista.
He leído detenidamente tu comentario y comparto tu opinión.
En un momento dices que "el apego se basa en el miedo y en la inseguridad, y la necesidad de seguridad se basa en la falta de conocimiento de nuestro Yo verdadero".
¿Podrías ahondar más en este punto?
Muchas gracias de nuevo,
Me encanta leer tus comentarios,
Rocío Martín
¿Quién eres?
ResponderEliminarEn verdad te lo pregunto, tal como me pregunto a mí ¿quién soy?.
Después de todo, el único hecho del que estamos seguros es que cada uno es. El «yo soy» es cierto. El «yo soy esto» no.
El apego se basa en el miedo y en la inseguridad, y la necesidad de seguridad se basa en la falta de conocimiento de nuestro Yo verdadero.
Si no se consigue el objeto del apego, origina infelicidad; y si se lo consigue solo produce un instante de placer seguido de la preocupación y el temor a perderlo.
porque las falsas creencias y la manera deformada de ver las cosas nos llenan de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades ... Si se logra ver a través de esa maraña, comprobaríamos que somos feliz y no lo sabemos.
Una de las principales tareas que tenemos que emprender a lo largo de la vida es descubrir nuestro verdadero yo. Por lo tanto, precisamos despojarnos gradualmente del yo que se formó a partir de nuestra historia de vida, nuestras experiencias, nuestros condicionamientos y las verdades que nos fueron impuestas por el mundo exterior.
Tal condicionamiento es algo tan profundo y arraigado que nos sentimos perdidos delante de la posibilidad de reconstruirnos, teniendo ahora la total responsabilidad sobre el nuevo ser que deseamos volvernos. No se trata, absolutamente, de renegar de los valores que recibimos de nuestra ancestralidad, pero si de evaluar lo que realmente sirve para nosotros en ese momento de nuestra vida y lo que podemos descartar, o como bien dices depositar en el rio de la vida
Debemos preguntarnos permanentemente, porque seguimos en determinada dirección, si lo hacemos porque es lo que nuestro corazón desea, o porque nos hicieron creer ser aquel el mejor camino. Esa respuesta será dada por nuestros sentimientos.
Para algunos, el miedo en el ser humano, no guarda ninguna relación fisiológica (como reacción de alerta), sino será un producto de la consciencia, que expande nuestro nivel de desconocimiento
Como dijo Friedrich Hebbel (1813-1863) Poeta y dramaturgo alemán.
Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla.
La inseguridad de sí mismo es una emoción negativa y algunas características son sentimientos de inferioridad, no sentirse amado, duda de uno mismo y miedo a la crítica. La falta de confianza en uno mismo es debido a que tenemos expectativas irreales
Cuanto más claro comprendamos que en el nivel de la mente solo podemos ser descritos en términos negativos, tanto más rápidamente llegaremos al fin de nuestra búsqueda, nos daremos cuenta de que somos un ser sin límites.
Es por esta razón que creo que nos es mas fáciles volcarnos a los
Simbolos (automóviles, casas, billetes) transitorios que van y que vienen.
Porque es mas fácil cambiar nuestro Yo por los símbolos de nuestro Yo.
Hola Andrea,
ResponderEliminarAyer leí tu respuesta y hoy la volví la releer, antes de responderte.
Entiendo que lo que quieres decir en tus palabras, es que debemos discernir entre lo que arrastramos de nuestra educación; miedos, inseguridades, lo que dicen; que es "normal", lo que debemos hacer, lo que piensan de nosotros y lo que en realidad somos para entender qué es bueno para nosotros y qué queremos en realidad. Estoy totalmente de acuerdo contigo, pero ¿Por qué crees que no paramos a escucharnos y conocernos? ¿Tan difícil es desprenderse de ese lastre? ¿Tan difícil es ver a través de esa maraña que mencionas?
Desde luego yo pienso que sí, porque hacerlo supone resetear nuestros valores, tirar abajo muchos de los esquemas y pilares en los que nos apoyamos de forma erronea, y en los que vamos levantando un muro que llamamos vida correcta.
Pienso que hoy por hoy, muchas personas están entendiendo y debo decir que gracias a la crisis económica por la que atraviesa el pais, que lo realmente importante son las pequeñas cosas de la vida. Ser uno mismo y disfrutar del hoy. Parece ser que debemos atravesar malos momentos para aprender, cuando en realidad podemos aprender igualmente de las cosas bellas y positivas...
Te doy las gracias por tu aportación que sin duda, me ha hecho reflexionar mucho sobre el tema.
Espero seguir leyendo tus comentarios,
Un saludo,
Rocío Martín
Me gustaría añadir un pequeña acotación a estos interesantes comentarios;
ResponderEliminarEn la raíz de todo apego está la ignorancia. pero una cosa ¿Es la ignorancia invencible? La ignorancia es vencible. No queremos saber algo, por eso no lo sabemos. La ignorancia no es algo permanente e inmutable. Podemos entrar en el hálito mismo de la ignorancia y transformarla en sabiduría y conocimiento. Pero en vez de eso, negamos la existencia de la ignorancia dentro de nosotros. Esto es un error. Tenemos que aceptar el hecho de que ahora mismo estamos llenos de ignorancia. Eso no quiere decir que no tengamos luz en nuestro interior. En lo profundo de nosotros hay una pequeña luz, pero tenemos que hacer emerger esta luz y hacerla crecer a fin de realizar nuestra altura más elevada.
Sentiremos desapego, cuando tengamos una visión pura y verdadera del "todo", cuando actuemos desde nuestra verdadera esencia.
Para eso, propongo la meditación...un estado entre el pensamiento y el silencio, un encuentro con nuestro yo divino..
un beso.
Leti.
Hola Leti,
ResponderEliminarMuy interesante tu propuesta "la meditación".
Espero seguir leyendo tus comentarios que invitan a la reflexión! Gracias!!
Un fuerte abrazo,
Rocio y Vanessa , reconocí su comentario, es extraccion del libro de Depra Copra,Las 7 leyes universales para la felicidad, es muy bueno ,por que no recomendarlo?,
ResponderEliminarEstoy trabajando en el desapego, sobre todo de las personas y a de la imagen personal,basada en materialismos.
Encontrarme es lo que busco,ser feliz conmigo misma,no se en que parte de mi camino perdi eso...
Bienvenida Jackie!!
ResponderEliminarGracias por tu aportación.
Quizá no lo perdiste, sino que estaba por ahí guardado en algún lugar y seguramente olvidado. Lo más importante es reconocerlo y sobre todo una vez seamos conscientes recuperarlo ¿no crees?
Gracias por recomendar el libro de Depra Copra,Las 7 leyes universales para la felicidad. De hecho la primera parte del post, tal y como dejo constancia, está estraída de la fuente que menciono en el parrafo y la segunda parte simplemente está basada en mi experiencia y los conocimientos que he ido adquiriendo de diferentes fuentes.
Nuevamente te doy las gracias por compartir, esperamos Vanesa y yo seguir leyendo tus aportaciones,
Te deseamos feliz día!!
Rocío Martín